La droga, que está aprobada para su uso veterinario, se mezcla con sustancias ilícitas callejeras y deja efectos devastadores para la salud.
En los últimos años, una droga peculiar ha desatado en Estados Unidos una creciente ola de intoxicaciones. La nación está batallando, por primera vez en su historia, con una sustancia que ha denominado como una “amenaza emergente”.
Es tanto así que en febrero pasado el Gobierno de Estados Unidos anunció una serie de medidas restrictivas contra la importación ilegal de la sustancia adictiva, que es de uso veterinario.
¿De qué se trata?
El mal se desprende de la xilazina, autorizada como sedante y analgésico veterinario desde 1972 por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).
El medicamento no está aprobado para uso en humanos, de acuerdo con la agencia internacional de noticias AFP, y se utiliza en muchas especies animales, específicamente, para calmar y facilitar el manejo a la hora de realizar procedimientos diagnósticos y quirúrgicos, aliviar el dolor o actuar como anestésico local.
Este fármaco animal se está utilizando en el país, mezclado con otro tipo de drogas (opoides) como el fentanilo y la heroína, y es lo que comúnmente se conoce como “tranq” o “droga zombie”.
Como el fentanilo es un opioide, es decir, un analgésico con efectos de corta duración, la hipótesis «es que se agrega xilacina para prolongar sus efectos», explica a la AFP Courtney McKnight, profesora adjunta de epidemiología clínica en la Universidad de Nueva York.
Los opoides afectan las células nerviosas (neuronas) en el cerebro y el cuerpo. Le ordenan al cerebro que bloquee el dolor para brindar una sensación de felicidad.
La Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) está detectando cada vez más en análisis toxicológicos, apunta la AFP.
Y, ¿qué es lo que está causando?
Su consumo puede ralentizar la respiración y el ritmo cardíaco de las personas hasta niveles peligrosos.
“La droga carcome los tejidos y provoca profundas heridas en la piel”, así es como lo describe otra agencia de noticias, Europa Press, debido a que causa grandes infecciones que pueden llegar hasta la amputación de una extremidad.
Además de las llagas y lesiones putrefactas en la piel, también produce el síndrome de abstinencia o «mono», que se trata de “un conjunto de reacciones físicas y psicológicas que surgen después de que una persona reduzca o deje de consumir una sustancia de la que ha estado abusando durante mucho tiempo”, explican los expertos.
La droga zombie provoca fuertes crisis de ansiedad.
¿Qué dicen las cifras?
Según datos de los Centros de Control para la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) el número de sobredosis mortales que contenían xilacina pasó de 260 en 2018 a 3,480 en 2021.
Aunque Filadelfia figura como el epicentro del “tranq”, en Nueva York el 19% de las sobredosis por opioides -419 muertes en 2021-, contenían este compuesto, según datos proporcionados a la AFP.
Entre 2020 y 2021, “la detección de xilazina por parte de la DEA aumentó casi un 200% en el sur del país (Estados Unidos) y más del 100% en el oeste”, indica la AFP.
Las autoridades sanitarias lanzaron una “alerta de importación” hace cuatro meses para controlar mejor el aprovisionamiento de la xilazina y asegurarse que se destine al uso veterinario.
¿Ya existe antídoto?
Ante las preguntas sobre como paliar medicamente la problemática, todavía no existe cura.
Está la naloxona, aprobada en a finales de marzo por la FDA que se usa para reanimar a una persona que sufre una sobredosis por un opioide, por ejemplo el fentanilo, pero no es eficaz contra la xilazina.