¿Cómo puede el peor equipo de Estados Unidos convertirse en apenas cinco días en el más prometedor e ilusionante del país? La fórmula es tan obvia como sencilla: incorporando a un futbolista tan determinante como Leo Messi, capaz de no sólo sumar estadísticamente goles y asistencias sino también de potenciar el rendimiento de sus compañeros.
El Inter Miami era hasta hace una semana el peor equipo de fútbol de los Estados Unidos. El conjunto con menos puntos de la MLS, con tan solo cinco victorias en liga, el tercero que menos goles convertía con una media de una diana por partido y, a su vez, uno de los más vulnerables con más de un tanto y medio encajado por jornada.
En los dos partidos de la Leagues Cup, una competición completamente distinta, el equipo de Gerardo ‘Tata’ Martino ha dado dos exhibiciones tales que ya invitan a pensar no sólo en llevarse este nuevo torneo sino en una posible remontada histórica en la MLS. Por no hablar de la US Open Cup, competición en la que ya están en semifinales.
Lea también
LAS CUENTAS SALEN Y LA ILUSIÓN ESTÁ DISPARADA
De la misma manera que sus vecinos, los Miami Heat y los Florida Panthers se colaron en la postemporada como octavo clasificado y alcanzaron la final de la NBA y la NHL, respectivamente, el órdago está ahora sobre la mesa de Messi, que ve con buenos ojos el reto de liderar a su nuevo equipo del mismo modo que lo hizo con Argentina en el Mundial de Catar.
La última victoria del Inter Miami en la MLS databa del 13 de mayo, ante los New England Revolution.
Desde entonces suman en liga ocho derrotas y tres empates. Con 12 partidos de temporada regular por delante, el Inter Miami está obligado a hacer los tres últimos meses de competición casi impecables para alcanzar el noveno puesto, que da acceso a los playoff y que ahora está a 12 puntos.
Desde la llegada de Messi, el Inter Miami ha triplicado la producción de goles por encuentro y ha encajado apenas uno en dos compromisos. El portero Drake Callender ha sido uno de los futbolistas más destacados y una garantía bajo palos puesto que desde la segunda jornada no lograban dejar la puerta a cero en la MLS.
Más que matemática, se trata de una cuestión de ilusión e inercia. La primera la tienen en todos los estamentos del club y la segunda la están desarrollando en esta Leagues Cup.
No es sólo Messi. Es también un Robert Taylor que llevaba dos goles en todo el año y que ha hecho tres en cinco días; es un Sergio Busquets que, sin estar en su mejor forma, le sobra y le basta con su calidad técnica; es un canterano como Benja Cremaschi que va a pasos agigantados entrando en los planes de Martino; y es el propio ‘Tata’ con una reorganización evidente del equipo.
Lea también
MESSI, COMO CRUYFF EN LOS SETENTA
Thomas Rongen, comentarista del club en las transmisiones oficiales del Inter Miami, llegó a Estados Unidos en los setenta de la mano de Johan Cruyff, quien también tuvo un impacto inmediato en su equipo como Messi lo ha tenido con Inter Miami.
«Esto yo lo he visto antes cuando jugué en Los Ángeles en 1979. Jugamos nuestros primeros siete partidos sin Cruyff y ganamos sólo uno. Con él tuvimos más orden y entendimos mejor el juego. Los jugadores necesitan un punto donde enfocarse, un líder, un genio táctico como lo son Busquets o Messi», argumenta Rongen a EFE.
El balance de aquellos Aztecs de Los Ángeles con el genio holandés en plantilla fue de 17 victorias y tan solo seis derrotas. Cruyff anotó 13 goles y repartió 15 asistencias y acariciaron el campeonato.
Rongen también aportó con cinco goles. Él fue el ‘Sergio Busquets’ de la época como mediocentro defensivo y su entendimiento con Cruyff a las órdenes de Rinus Michels era suficiente para marcar diferencias.
«Cuando Cruyff jugaba al fútbol todo cobraba sentido de nuevo. Por su talento, obviamente, haciendo a los compañeros mejores. Él, como Messi, son creadores de juego, no sólo individualmente sino que el equipo se beneficia colectivamente de este tipo de estrellas», afirma un Rongen ilusionado con el futuro de Inter Miami.
Sin embargo, el exfutbolista cree que a Messi le sucederá como en su día le pasó a Cruyff: en Estados Unidos será feliz por lo extrafutbolístico.
«Les sucede a todos los grandes jugadores cuando les preguntas por su mejor recuerdo en su vida deportiva. Cruyff no decía el Ajax, no decía el Barcelona, ni la selección nacional. Cruyff decía su etapa en Estados Unidos. Poder pasear por Georgetown y que nadie te reconozca. Johan decía que se sentía como un prisionero», comentó.
«He visto la sonrisa en la cara de Leo Messi en su primer partido, cuando pudo ir a abrazar a tres metros de la línea a sus hijos. En el Barcelona y el PSG estaban ahí en las alturas, no podía tocarles, no podía sentirles. Los niños estuvieron jugando en el césped tras el partido y nadie les estuvo molestando. Es el estilo de vida, la educación, y van a disfrutar mucho esta etapa. Este país permite a las superestrellas ser ellas mismas», cerró Rongen.
fuente: listin diario